Un stent es un pequeño dispositivo médico; generalmente es de forma tubular y de malla metálica. Se emplea para manejar aneurismas, que son como burbujas en tus arterias que si explotan traen serios problemas. El stent ayuda a mantener la arteria abierta y reduce el riesgo de ruptura del aneurisma.
El stent se coloca a través de un procedimiento llamado angioplastia endovascular. La tecnología actual permite realizar estas intervenciones en menor tiempo – entre una y tres horas – según sea la complejidad del caso.
Se trata de un tratamiento mínimamente invasivo y totalmente seguro, que tiene la ventaja de una recuperación más rápida y con menores riesgos de complicaciones postoperatorias.
Pasos en la colocación de stents
El proceso de colocación del stent implica varias etapas:
- Acceso vascular: se inicia con el la búsqueda de un vaso sanguíneo grande, generalmente en la ingle o la muñeca (“acceso”).
- Cateterismo: a través de este acceso, se introduce un catéter (un tubo delgado y flexible) en el sistema circulatorio. Utilizando dispositivos de última generación, el catéter se guía cuidadosamente a través de los vasos sanguíneos hasta llegar a la ubicación deseada en el cerebro.
- Colocación del stent: una vez que el catéter alcanza el sitio del problema (aneurisma), se introduce el stent, que está comprimido alrededor de un globo pequeño en la punta del catéter, y se posiciona en el lugar preciso.
- Expansión del stent: al inflar el globo, el stent se expande hasta adaptarse a la pared del vaso sanguíneo. Esto ayuda a reforzar el vaso, a prevenir la ruptura de aneurismas, o abrir áreas estrechadas.
- Retiro del catéter: luego de que el stent esté correctamente colocado y el globo desinflado, el catéter se retira cuidadosamente.
Después del procedimiento, el paciente generalmente permanece bajo observación durante un período para monitorizar posibles complicaciones y garantizar una recuperación estable. La recuperación post-stent puede durar desde unas pocas horas hasta varios días, dependiendo del estado del paciente y de cualquier complicación que pueda surgir.
Otros casos en los que se colocan stents
Como parte de los servicios que ofrecemos en nuestra Clínica, recurrimos a la colocación de stents para tratar una variedad de patologías neurovasculares:
- Estenosis intracraneal: es el estrechamiento de las arterias dentro del cráneo. Los stents ayudan a abrir estas arterias estrechadas y mejorar el flujo sanguíneo al cerebro, previniendo así ACV isquémicos.
- Fístulas arteriovenosas: son conexiones anormales entre arterias y venas en el cerebro, los stents pueden utilizarse para redirigir el flujo sanguíneo y normalizar la circulación.
- Malformaciones arteriovenosas (MAV): son enredos de vasos sanguíneos en el cerebro que pueden causar sangrados. Los stents pueden ser parte del tratamiento para corregir o estabilizar estas malformaciones.
- Oclusión de vasos grandes: en algunos casos de oclusión (bloqueo) de grandes vasos sanguíneos en el cerebro, los stents pueden utilizarse para reabrir el vaso y restaurar el flujo sanguíneo adecuado, especialmente en situaciones de ACV complejos.
- Después de la embolización de tumores cerebrales: Los stents a veces se utilizan en conjunción con la embolización de tumores cerebrales para garantizar un flujo sanguíneo adecuado en las áreas circundantes y prevenir complicaciones vasculares.
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