Un ataque cerebrovascular (ACV) isquémico ocurre cuando el flujo de sangre hacia una parte del cerebro se detiene o se reduce drásticamente, impidiendo que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes.
Esto puede ocurrir por la formación de un coágulo de sangre (trombo) en una arteria cerebral, o a la obstrucción de una arteria por un émbolo (coágulo que se desprende de otro lugar del cuerpo y viaja al cerebro).
Un ACV de este tipo puede causar daños significativos en el cerebro en cuestión de minutos, y si no se trata rápidamente puede provocar:
En Argentina, los ACV representan una de las principales causas de discapacidad y muerte. Se estima que alrededor de 130.000 personas sufren un ACV cada año en el país. De estos casos, aproximadamente el 80% son ACV isquémicos, lo que significa que la mayoría de los eventos cerebrovasculares están relacionados con la obstrucción de una arteria.
Pero aunque esa cifra es de por sí alarmante, la realidad es que el 90% de los ACV que ocurren pueden prevenirse modificando y/o controlando los factores de riesgo.
A continuación, te mostramos los factores de riesgo a tener en cuenta, clasificados en prevenibles y no prevenibles.
La prevención de un ACV implica, por tanto, focalizarnos en los factores prevenibles. No solo se trata de adoptar hábitos de vida saludables y manejar bien los niveles de estrés, sino sobre todo de realizar chequeos médicos regulares.
Somos especialistas en el tratamiento de patologías neurocardiovasculares, incluyendo los ACV isquémicos. Nuestro enfoque integral se centra en:
Nuestro equipo multidisciplinario de profesionales utiliza tecnologías avanzadas y tratamientos mínimamente invasivos para proporcionar el mejor cuidado posible.
Ante una emergencia no dudes en comunicarte con nosotros (011) 4014 6006. Además, si vos o un ser querido han sufrido un ACV, te invitamos a programar una consulta con nuestro equipo especializado. Descubrí cómo podemos trabajar juntos para mejorar tu bienestar.