La hipertensión pulmonar no es solo un problema respiratorio. Se trata de una presión anormalmente alta en las arterias pulmonares, los vasos que llevan sangre desde el corazón hacia los pulmones para oxigenarse. Esta presión elevada obliga al ventrículo derecho, encargado de ese bombeo, a hacer un esfuerzo excesivo.
Tu corazón sobrecargado
Cuando la presión alta se mantiene en el tiempo, el corazón debe trabajar más para bombear sangre hacia los pulmones. Al principio, lo logra. Pero con el tiempo, ese esfuerzo constante genera fatiga cardíaca. El ventrículo derecho se dilata, pierde fuerza y puede llegar a fallar. A eso se lo llama insuficiencia cardíaca derecha, una complicación grave pero prevenible si la enfermedad se detecta a tiempo.
Causas y factores de riesgo
La hipertensión pulmonar puede tener múltiples causas, entre ellas:
A estos se suman factores que pueden aumentar el riesgo:
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La hipertensión pulmonar puede ser difícil de detectar porque sus síntomas son inespecíficos y suelen confundirse con otras condiciones, como el estrés, el asma o el sedentarismo. Los signos más comunes incluyen:
Como estos signos no siempre se vinculan con el corazón, es común que el diagnóstico se retrase. Pero cuanto antes se detecta, más se protege la salud cardíaca.
La hipertensión pulmonar no genera dolor de pecho, pero sí puede afectar gravemente al corazón. Un diagnóstico temprano cambia el pronóstico.
En Clínica La Sagrada Familia contamos con tecnología avanzada y un enfoque integral para diagnosticar esta condición. Los estudios incluyen:
El tratamiento combina medicación, controles médicos, cambios en el estilo de vida y seguimiento permanente. Nuestro equipo de cardiólogos y neumonólogos trabaja de manera coordinada para definir el mejor abordaje en cada caso.
Si tenés alguno de estos síntomas, no lo dejes pasar. Comunicate con nosotros para coordinar una consulta con nuestros especialistas.