Con la llegada de la menopausia el riesgo de sufrir un ACV en las mujeres aumenta un 10% cada año.
Cada mujer es distinta pero en su mayoría la menopausia ocurre entre los 40 y 50 años y se diagnostica después de que transcurran doce meses sin que la mujer tenga un período menstrual.
Cuando ocurre, las mujeres aumentan el riesgo de sufrir un ataque cerebrovascular (ACV) porque los ovarios dejan de producir estrógeno, que es la hormona que relaja y mantiene abiertos los vasos sanguíneos y equilibra los niveles de colesterol.
A medida que envejecemos las paredes de nuestras arterias – que son flexibles y lisas y permiten que la sangre circule libremente – se endurecen y engrosan. En el caso de las mujeres, este proceso se acelera cuando dejan de producir estrógeno, lo que puede provocar que el colesterol comience a acumularse en las paredes de las arterias. Este proceso es lo que los médicos llamamos aterosclerosis y que resulta el principal factor de ACV.
Muchas mujeres optan por seguir una terapia hormonal para ayudar a aliviar los síntomas de la menopausia. Pero varios estudios médicos han demostrado que en mujeres mayores de 60 años las terapias hormonales incrementan los riesgos de sufrir ACV, coágulos sanguíneos importantes, ataques cardíacos y otros problemas de salud graves.
Mantener una buena salud es importante a cualquier edad, pero es vital para las mujeres que transitan la menopausia. Por eso, para mantener tu salud después de la menopausia, es necesario que:
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