El Dr. Pedro Lylyk fue consultado por la LN+ para conversar acerca de los aneurismas cerebrales, saber qué son y si son evitables.
En ese sentido, el especialista resaltó la importancia de realizar controles neurológicos periódicos y destacó el rol relevante de la tecnología de diagnóstico por imágenes para poder “ver” dentro del cerebro y detectar sangrados, aneurismas o cualquier otro tipo de lesiones.
Los aneurismas cerebrales son una dilatación anormal en la pared de una arteria del cerebro. La mayoría de las veces son de origen congénito, es decir que la debilidad en la pared en esa arteria se produce en el mismo momento de la concepción. Mayormente no son hereditarios, si bien existen muchas familias con varios de sus integrantes portadores de aneurismas cerebrales. También los traumatismos y las infecciones pueden “crear” aneurismas.
Si un aneurisma se “rompe” puede provocar un ataque cerebrovascular hemorrágico requiriendo atención médica inmediata e intervención. “El aneurisma se puede expresar de dos formas: con un sangrado o comprimiendo algún órgano. Y si esto ocurre hay que actuar ya sea de forma microquirúrgica y con métodos endovasculares”, precisó Lylyk.
En el mes del ACV resulta fundamental reconocer las señales de alerta de un ataque cerebrovascular: dificultades en el habla o entendimiento; dolor de cabeza inusual y de alta intensidad; problemas en la visión; entumecimiento súbito o debilidad facial, del brazo o la pierna, especialmente de un lado del cuerpo o perdida del equilibrio. Actuar a tiempo: recurrir al centro de atención de más alta complejidad más cercano, reduce las posibilidades de secuelas que puede provocar un ACV, ya sea isquémico u hemorrágico.