Imaginá que las arterias y venas de tu cerebro son como mangueras en un jardín. En un sistema normal, el agua fluye suavemente a través de mangueras pequeñas (capilares) para regar cada planta de manera uniforme.
En una malformación arteriovenosa (MAV) cerebral, que es congénita y se desarrolla durante el desarrollo embrionario, estas mangueras pequeñas no están presentes. En su lugar, se forma un ovillo de mangueras principales conectadas directamente entre sí, donde el agua pasa a alta presión y velocidad sin disminuir.
Este flujo descontrolado impide que el agua riegue adecuadamente el jardín. En el cerebro, esto significa que la sangre no proporciona suficiente oxígeno y nutrientes a las áreas necesarias, lo que puede provocar graves problemas como hemorragias cerebrales, convulsiones y otros trastornos neurológicos.
Las MAV pueden ser asintomáticas durante muchos años y solo descubrirse incidentalmente durante estudios de imagen realizados por otras razones. Suelen detectarse en personas de entre 10 y 40 años, aunque pueden diagnosticarse a cualquier edad.
En otros casos, los síntomas aparecen debido a complicaciones como hemorragias, convulsiones o déficits neurológicos, dependiendo de la ubicación de la MAV. Los más comunes incluyen dolores de cabeza, convulsiones, debilidad en un lado del cuerpo, problemas de lenguaje, alteraciones visuales y dificultades para caminar, entre otros.
El diagnóstico de una MAV cerebral se realiza mediante varias pruebas de imagen que ayudan a identificar la ubicación, forma, tamaño y comportamiento de la malformación. Las pruebas utilizadas incluyen:
El tratamiento de una MAV cerebral en la Clínica La Sagrada Familia se basa en un análisis detallado de la historia clínica del paciente, incluidos antecedentes médicos, edad, síntomas y resultados de pruebas.
Un equipo multidisciplinario de neurólogos, neurocirujanos y neurorradiólogos colabora para ofrecer una atención personalizada y experta. Este enfoque permite obtener rápidamente los resultados de las pruebas y coordinar todas las citas necesarias, logrando que la evaluación y el tratamiento se realicen en pocos días.
Las opciones de tratamiento incluyen:
Tratamiento Conservador
Cirugía
Es la única opción curativa para las MAV. Se pueden utilizar varias técnicas quirúrgicas:
La elección del tratamiento se decide en reuniones multidisciplinarias y puede incluir una combinación de técnicas (por ejemplo, EE + MC, EE + RGK, MC + RGK) o una sola opción.
Es fundamental que el tratamiento lo realice un equipo de profesionales en estrecha colaboración, para asegurar que cada paciente reciba el tratamiento más adecuado según la ubicación, tamaño de la MAV, riesgos y su salud general.
Después del procedimiento, el paciente generalmente permanece 24 horas en Terapia Intensiva y entre 24 y 48 horas en una habitación antes de ser dado de alta. En casos de MAV grandes, la embolización se realiza en etapas para evitar complicaciones por cambios bruscos de presión.
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